viernes, 14 de diciembre de 2012

Uganda, der Papa Razi y la madre que los parió a todos

El 12 de diciembre pasado, la señora Rebecca Kadaga, presidenta del Parlamento de Uganda, recibía en el Vaticano la bendición del papa Benedicto XVI. Esto no tendría nada de especial, si la dicha señora no hubiese afirmado hace poco más de un mes que el parlamento iba a pasar la ley llamada «matar a los gais» como regalo de Navidad al pueblo ugandés. Los extremistas religiosos ugandeses han retirado de la dichosa ley la pena de muerte, para quedar bien frente a las presiones internacionales, más que otra cosa, pero mantienen la cadena perpetua para cualquier acto homosexual, incluido «tocar a alguien con intenciones de realizar un acto homosexual». La ley llega al extremo de condenar a tres años a todo aquel que tenga conocimiento de personas homosexuales y no las denuncie. Es decir, padres y hermanos, médicos y psicólogos tendrán que denunciar cualquier conocimiento que tengan del hecho para no ser condenados ellos mismos. (Si, el PP lleva el mismo camino con los inmigrantes ilegales...)

En un país tan corrupto como Uganda, esto es una receta perfecta para el desastre; y no sólo para los homosexuales. Las denuncias por homosexualidad como venganza pueden llegar a producir una caza de brujas como no se ha visto desde la Edad Media. Y todo esto, como si la homosexualidad no fuera ya ilegal en el país y la situación de los homosexuales una de las peores del mundo.

Y ahora, la señora va al Vaticano y recibe la bendición del Papa. A los homosexuales se les puede negar la comunión, se les puede negar apadrinar a un niño o se les puede acusar de destruir la humanidad. Pero a los que, si pudieran, cometerían genocidio con todos los homosexuales de un país, a esos se les bendice. ¿Qué clase de posición moral es esa?

Para acabar con una nota de ¿humor?, os dejo este mensaje de Twitter. Para entenderlo mejor os recomiendo la lectura de «ley de Poe» en Wikipedia.



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