miércoles, 4 de agosto de 2010

Secesionismos

Abelardo Muñoz escribió hace un par de días en El País un artículo titulado «La fórmula valenciana» en el que critica con bastante acierto la situación en Valencia. La corrupción que se respira en la comunidad es simplemente insoportable.

Pero sobre todo me llamó la atención el siguiente párrafo:

Todo comenzó a torcerse para la izquierda a finales de los 80 cuando el conocido popularmente como búnker barraqueta comenzó a avivar el anticatalanismo y fabricó de la nada un monstruo secesionista, el blaverismo, que logró divorciar este país perplejo de sus primos naturales del norte. Apareció una caricatura salida de un sainete de Bernat i Baldoví llamado Vicente González Lizondo para enarbolar el pendón anticatalán y con un remake del Vivan las caenas y otro del Muera la inteligencia, el blaverismo empezó a subir como la espuma.

Principalmente la palabra «secesionismo» en este contexto, que si lo interpreto bien, significa que los valencianos quieren «separarse» de los catalanes. De aquí se entiende que, en ese caso, los catalanes y valencianos están unidos políticamente o como «nación» de alguna manera. Es un discurso típicamente usado por los nacionalistas catalanes dentro del denominado concepto de los «Países Catalanes», que algunos intentan colar como concepto lingüístico, pero que para muchos es claramente un concepto político, la propuesta patria de los catalanes fuera de España.

Además, según el texto, parece ser que si no quieres ser catalán, eres un «país perplejo», encadenado e imbécil.

Otro de esos conceptos barajados en el párrafo es el «blaverismo», que habitualmente no es más que una forma de meter en el mismo saco el nacionalismo español, el anticatalanismo, el valencianismo, la derecha, el franquismo, y en el fondo no es más que una forma de llamar a los que no comparten las ideas nacionalistas catalanas «fascistas» sin tener que usar la palabra.

Aparte de la lengua, ¿cual es la relación tan íntima de Valencia con Cataluña, que no tenga con Murcia o con Aragón, o con Asturias, si es por eso? ¿A alguien se le ha ocurrido que el «blaverismo» es una reacción natural al «imperialismo» catalán de los «Países Catalanes»? ¿Es imaginable que los valencianos no quieran ser catalanes y a pesar de ello no estén perplejos, ni sean imbéciles? ¿A algún nacionalista se le ha ocurrido que lo que pasa después de 30 años de democracia puede ser culpa de ellos y no de Madrid?

Es curioso como el discurso nacionalista se cuela en todas partes como parte del discurso «moderno» y «progresista», cuando debería ser parte del discurso conservador. Y es más curioso que la izquierda, que se supone que es «internacionalista» por definición, sea la que más fuerza centrípeta genere en España. País.

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