miércoles, 28 de julio de 2010

Veinte mil leguas de viaje entre hombres

Actualmente estoy leyendo Veinte mil leguas de viaje submarino de Julio Verne en una traducción al inglés un tanto abreviada. Ya había leído hace muchísimos años la versión completa en una traducción al español y me resultó entretenido, aunque no especialmente interesante.

Lo que más me ha sorprendido durante esta lectura es el claro subtexto homoerótico del libro. Primero está la relación entre Aronnax y Conseil, su fiel sirviente, ¡que se tira al agua detrás de su señor cuando este se cae del barco! Si eso no es amor, no sé que es. Naturalmente ayuda que todos los personajes son descritos como hombres sanos y fuertes, sobre todo el harponero Ned Land y uno de los marineros del Nautilus.

La pregunta que inmediatamente surge es, ¿como satisfacen hombres jóvenes y sanos sus deseos sexuales en un ambiente en el que no hay mujeres, ni posibilidad de haberlas, que nunca atracan en puertos? Supongo que Verne nunca pensó en una lectura queer de su novela, al igual que es posible que Melville nunca pensase que Moby-Dick pudiese ser objeto de estudios sobre el género, pero al fin y al cabo, las grandes obras pertenecen a sus lectores y podemos hacer de ellas lo que nos parece. Es uno de los «derechos del lector» que se nos da cuando aprendemos a leer.

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