sábado, 30 de junio de 2012

¡Compre gratis!

Últimamente se ha puesto de moda entre las administraciones públicas cobrar adicionalmente por sus servicios. Es decir, no solo pagas los impuestos normales para financiar el funcionamiento de la burocracia, sino que además te cobran por servicios determinados. Bueno, otra forma más de cobrar impuestos. Lo curioso viene cuando las gestiones que tienes que hacer son obligatorias, como el carné de identidad. Yo no quiero el carné para nada, es el estado el que me obliga a hacerlo. Y encima me cobra por ello, bueno, por los «gastos administrativos». Es como esos anuncios de telecompra que te regalan la batidora gratis, si pagas los gastos de envío de 500€.

Señor Gobierno: ¡Oiga, usted, Ciudadano!
Ciudadano: ¿Si?
Señor Gobierno: ¿Tiene usted peine?
Ciudadano: No. No ve que soy calvo de nacimiento.
Señor Gobierno:  Lo siento, pero acabo de publicar una ley que obliga a todos los ciudadanos a llevar peine.
Ciudadano: Ah bueno, si es por eso, le pediré a mi prima uno, que menuda de peines tiene ella.
Señor Gobierno:  No, no. El peine se lo tengo que dar yo.
Ciudadano: Ah, bueno, pues venga acá el dichoso peine.
Señor Gobierno:  De acuerdo, pero primero me tiene que dar un certificado de pelo.
Ciudadano: ¡Pero si soy calvo!
Señor Gobierno: Bueno, pues entonces necesito un certificado médico de calvitud para demostrarlo.
Ciudadano: ¿Demostrar el qué? ¿No lo ve con sus propios ojos?
Señor Gobierno: Uy, no vea usted la de listos que intentan pegárnosla.
Ciudadano: Tiene suerte que acabo de venir del médico y me ha dado uno, que si no...
Señor Gobierno:  ¿Suerte? La suya, porque sin peine no le puedo dejar ir.
Ciudadano: ¡Pero a mi no me ha avisado nadie!
Señor Gobierno: Es responsabilidad del ciudadano mantenerse informado: la ignorancia no exime del cumplimiento de la ley. Además, no se queje. Que el peine le sale gratis.
Ciudadano: ¿Gratis? Bueno, tenga el certificado de calvitud y deme el peine de una vez.
Señor Gobierno: Aquí tiene. Son cincuenta euros.
Ciudadano: ¿Pero no era gratis?
Señor Gobierno: Si, el peine es gratis, pero tiene que abonar los gastos administrativos.
Ciudadano: ¿¡Pero qué gastos administrativos ni que niño muerto!? ¡Esto es un peine, no el Archivo Nacional!
Señor Gobierno: Tenemos que llevar toda la contabilidad, ya sabe, comprar los peines, la logística y eso. Además, cada peine tiene un número único que colocamos nosotros, para que nadie pueda usar el peine de otro. Hay que hacer las cosas bien... Y por cierto, no se estará resistiendo... Porque por resistencia a obtener peine le pueden caer otros 50€. Le aviso muy seriamente.
Ciudadano: No, no, si yo solo preguntaba. Tenga los 50€ y muchísimas gracias por el peine. Lo guardaré como paño en oro.
Señor Gobierno: Gracias y buenos días, Ciudadano. ¡Ah! Y no se olvide que debe llevarlo encima en todo momento y presentarlo a cualquier autoridad que se lo solicite.
Ciudadano: Naturalmente, con mucho gusto le mostraré la peineta... estooo... el peine a toda autoridad que lo solicite. Bueno adiooos... adioos...
Señor Gobierno: Ay, si no fuera por el Gobierno, ¿qué sería de los ciudadanos? Pobrecillos.

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